En un mundo cada vez más agitado, vivir despacio se ha convertido en todo un arte. El slow living es una filosofía de vida que propone ser más conscientes del presente llevando una vida tranquila y relajada.
En la actualidad podemos ver este movimiento no sólo como un estilo de vida, sino también aplicado en el sector de la decoración y el interiorismo. Y es que, nuestro hogar debería ser nuestro nido, nuestro lugar de refugio, aquel sitio donde podemos reconectar con nosotros mismos haciendo un paréntesis del ritmo frenético que nos impone la vida moderna. Sin embargo, no siempre es fácil reducir la velocidad de la rutina o hacer una simple “pausa” en nuestras ajetreadas agendas.
En el post de hoy te dejamos cuatro claves para incorporar la filosofía slow living en tu vivienda y conseguir así una mayor calidad de vida.
Armonía y equilibrio
Lo primero que debemos tener en cuenta es la distribución del espacio, tiene que estar despejado, que sea práctico, armónico y facilite el movimiento. Por otro lado, una de las premisas del slow living es aprender a disfrutar de los pequeños momentos con nuestros seres queridos, por lo que debemos crear ambientes que fomenten este tipo de relaciones, que inviten a quedarse y donde poder pasar momentos juntos.
Si queremos conseguir un espacio armónico, el orden es un factor muy importante. De lo contrario dejaremos de transmitir ese equilibrio y calma que queremos conseguir. En nuestro hogar cada cosa debe tener su sitio.
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Luz y color
La entrada de luz natural a nuestro hogar hará el entorno mucho más agradable y cálido. Es importante conocer desde qué puntos entra luz a nuestra vivienda para realzar y favorecer esas zonas. Por ejemplo: evitar obstaculizar las entradas de luz, jugar con los espejos para duplicar la luz natural y conseguir darle al espacio una sensación de mayor amplitud o simplemente jugar con textiles más fluidos.
En lo que respecta a la decoración, opta por utilizar colores en tonos claritos, empolvados y/o neutros. Conseguiremos dar esos toques relajantes a la vez que luminosos a nuestro hogar. Empieza con el blanco o colores tierra, después puedes completar el espacio añadiendo otros colores como el azul, pero en su gama más suave.
Materiales naturales
Otro aspecto que caracteriza al movimiento slow life es su apuesta por los materiales sostenibles: madera, piedra, cerámica… Si algo caracteriza a triggo es su compromiso por la sostenibilidad, nos aseguramos de que todos nuestros productos están hechos con materiales naturales y de la mejor calidad posible. Contamos con una gran variedad de piezas artesanales y siempre evitamos los textiles sintéticos en favor a los tejidos orgánicos como el lino o el algodón 100%.
Un rincón para ti
Por último, pese a que nuestro hogar al completo debería ser nuestro lugar favorito del mundo, es importante tener alguna zona o rincón especial donde pasar la mayor parte de nuestro tiempo libre en el hogar y donde canalizar nuestra desconexión a través de algún ritual o actividad. Puede ser nuestra zona de lectura, alguna parte de la terraza, nuestro estudio o incluso la zona del salón. ¡Asegúrate de tener un rincón especial!
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En definitiva, esta filosofía es nada más y nada menos que desconectar para volver a conectar con uno mismo, con la naturaleza o con el entorno y una buena forma de empezar es integrando este movimiento en tu hogar. Si conseguimos estar en un entorno o espacio que nos transmita tranquilidad será mucho más fácil empezar con la desaceleración de la rutina, seremos más conscientes del momento presente y mejoraremos las relaciones con los demás.
En triggo utilizamos el slow living para transformar hogares en espacios que transmiten calma, paz y confort, dónde recargar energías y disfrutar de cada momento de la vida. ¿Te animas a convertir tu hogar en una “slow house“?